Fuente: Valles y Cumbres
Partimos de la noticia aparecida en los medios de comunicación:
Ahora analizamos punto por punto lo que a primera vista puede significar un simple cambio menor sin grandes repercusiones para los centros y los alumnos de la Comunidad de Madrid, pero que realmente será otro gran obstáculo que se suma a la campaña de desmantelamiento de la Escuela Pública:
- El anuncio de la eliminación de las becas se hace el jueves 28 de junio por la tarde, modificando la rutina de publicar la convocatoria en el mes de mayo o principios de junio. Esto no iría más allá, si no fuera porque todos los alumnos han acabado ya sus clases y la forma habitual que las familias acostumbran para enterarse (vía centro) desaparece, sin margen para ofrecer una alternativa. Seamos claros: muchos de los que necesitan una beca no disponen de acceso a medios de comunicación o internet y dependen casi totalmente de colegios e IES.
- La Comunidad anuncia esto como una pequeña modificación: parece quesimplemente se cambia la beca por el préstamo, lo cual es vendido como una "medida de optimización de recursos". Nada más lejos de la realidad: se pasa de puntillas por el hecho de que reducen el acceso al préstamo solo a aquellas familias más gravemente necesitadas -se entiende las que perciben la renta mínima de inserción o RMI-. ¿Es que el resto ya no lo necesita?
- Es sangrante que los centros deban enterarse por la prensa. Ese sería un mal menor, si no fuera por lo que nos espera: los medios informar de que serán los propios centros los gestores del sistema de préstamo. ¿Y lo comunican el 28 de junio? Esto pasa de broma pesada.
- Según el borrador de calendario -seguimos sin confirmación oficial- habrá 3 días de trabajo hábiles desde la incorporación de los docentes a sus centros hasta la llegada de los los alumnos a las clases (del lunes 3 al jueves 6 de septiembre). Si ya de por sí es una auténtica locura (recordemos que en años anteriores dispusimos de 8 a 10 días para lo que pretenden que hagamos en 3), ¿cómo puede gestionar el equipo directivo un sistema de préstamo junto con toda la urgente burrocracia y las tareas de organización propias de comienzo de curso? A esto vulgarmente se le llama "pasar el marrón a otro". Incluso si triunfa la razón y retrasan el comienzo de las clases hasta el lunes 10, no hay tiempo material para organizar eficazmente ningún sistema.
- Emplazan a los Consejos Escolares a fijar las normas y requisitos para acceder al préstamo, pero no sueltan prenda al respecto. ¿De cuánto dinero se dispone? ¿Será una cantidad fija para todos, sin importar el origen del alumnado de cada centro y su situación socioeconómica? ¿Cuál será el baremo? ¿Habrá límite máximo? ¿Se gastará el dinero hasta donde llegue?
- Más aspectos técnicos sobre los que no han reflexionado: si los centros aún están recibiendo la asignación económica de 2012, ¿se entiende que habrá que adelantar dinero para adquirir los libros? ¿Qué dinero, si ya no queda ni para atender lo más básico? ¿Habrá que modificar el presupuesto económico de los Centros, previo Consejo Escolar extraordinario que legalmente lo permita, y en solo 3 días?
- El colegio será el encargado de organizar los pedidos y comprar el material. El colapso en septiembre será bíblico: ¿nadie ha pensado que esos libros no llegarán hasta bien entrado octubre, y por tanto los alumnos pasarán varias semanas sin el material necesario para seguir correctamente las clases?
- La supervisión también recae en los centros. Así, el alumno que reciba un libro ya utilizado en estado regular y lo inutilice debido a un uso normal y corriente (quien trabaje con niños sabrá de lo que hablamos), será quien pague uno nuevo: pronosticamos más de una discusión en el despacho de Dirección con las familias perjudicadas. Llanamente "les habrá tocado la china", cuando la alternativa más justa y ya previamente utilizada en muchos centros es la de reponer libros viejos mediante cooperativa (a "escote", excepto en los casos de rotura por uso descuidado). Se nota que los que ponen las normas están muy, muy lejos de la realidad de las clases.
Por todas estas razones, consideramos esta medida como una nueva patada a la Escuela Pública. Están "enmarronando" y haciendo cada vez más difícil el trabajo en los centros públicos, disfrazando estos recortes como medidas llenas de justicia y popularidad. No estamos en contra del sistema de préstamo, es más; lo fomentamos todo lo que podemos, pero siempre utilizando el sentido común y buscando el beneficio de los alumnos. Lo peor de todo es que, contra una mentira o media verdad (más dañina aún) contada en rueda de prensa, son necesarias decenas de entradas de blogs, asambleas, octavillas, reuniones y conversaciones para desmontarla.
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